La gran Lolo Rico (sí, la misma) escribe en el periódico Diagonal sobre Cosas que sucedieron (o no). Enorme alegría. Desde aquí le agradecemos su generosa y certera lectura.
Podéis encontrar el actual número de Diagonal en kioskos y librerías. Aquí os reproducimos la reseña:
RESEÑA
DEL LIBRO “COSAS QUE SUCEDIERON (O NO)”
Título: COSAS QUE SUCEDIERON (O NO)
Autores: José María Gómez Valero,
David Eloy Rodríguez y Miguel Ángel García Argüez.
Ilustraciones: Amelia Celaya
Año de publicación: 2013
Editorial: Cambalache Libros
COSAS QUE PUDIERON HABER SUCEDIDO
Desde
hace tiempo he dejado de creer en la literatura estrictamente infantil. Sí creo
en los libros para niños y, por supuesto, en los libros para niños que son
literarios. Es indudable que pueden serlo, pero no siempre lo son. Algo
parecido sucede también con los libros para adultos. En ambos casos –sean niños
o sean adultos- la literatura está en su lenguaje, en su poesía, en lo que
saben transmitir tanto en su forma como en sus contenidos. El tema «¿qué
es literatura?» ha sido motivo de discusión y también de opiniones
contradictorias de grandes autores. Como no estoy entre ellos lo dejo aquí,
pero todos sabemos que un libro es literatura cuando su lectura nos mueve a la
emoción.
La
emoción les llega a los niños más fácilmente de lo que creemos y también nos
mueve a los adultos si somos sensibles a la ensoñación, a la poética, a la
belleza. Es en estas ocasiones cuando los pequeños crecen y los mayores nos
quedamos embelesados y nos sentimos desconcertados preguntándonos «¿acaso
hemos llegado a crecer?». Cosas que sucedieron tiene todos los
componentes de la creación literaria, la sencillez de su lenguaje es la base y
creo que fue Juan Ramón Jiménez quien elogió lo sencillo cuando es bello,
considerándolo la síntesis de lo difícil.
Cosas que sucedieron (o no) es un título de hondo calado y grandes
contenidos porque nos sugiere todo un mundo rico en valores y justo en
objetivos tal y como lo hemos soñado y por el que tenemos que luchar. Conmueve
y emociona imaginárselo. El lector –en esta ocasión yo– desearía poder creer
que sí, que estas cosas sucedieron y podrán repetirse de nuevo. Pero enseguida
sentimos la congoja de que pueda no haber sido así. Por esto he decidido
titularlo en mi interior «Cosas que no sucedieron (o sí)». Parece lo mismo
pero creo que no lo es.
Durante
el tiempo que he tardado en leer estas páginas he sentido paz y cierto
optimismo. Me ha resultado estimulante pensar que puedo llegar a ser mejor, más
libre y bondadosa y, por supuesto, también los demás.
¿Es
un libro infantil? ¿Es un libro de adultos? Imposible contestar porque, desde
mi punto de vista, es una pequeña obra de literatura para todo el mundo. A mí
me ha gustado, sinceramente.
Lolo Rico